Les presento un texto que he tenido la fortuna de encontrar por casualidad. No se si sea de la autoría de una escritora conocida.
Se trata más que nada de un pequeño relato de algo que pudo haber pasado pero... mejor les comparto las pocas líneas que espero sean de su agrado.
Habría sido bonito
Lucia Busso
Habría sido bonito si hubiesen estado juntos. Ella habría llegado de carrera esa mañana, y se habrían abrazado, habrían reido juntos, ebrios de felicidad y angustia. Él no habría sabido que decir, ella habría llorado y reído a la vez, él abría tenido las manos temblorosas, y en los ojos el uno del otro habrían visto las mismas emociones. Ella habría estado radiante y él le habría dicho "nunca te había visto tan hermosa como hoy". Esto habría podido decir, o tal vez se habría sólo quedado en silencio mirándola mientras hablaba demasiado veloz, y la habría tomado de la mano.
Habría sido bonito
Lucia Busso
Habría sido bonito si hubiesen estado juntos. Ella habría llegado de carrera esa mañana, y se habrían abrazado, habrían reido juntos, ebrios de felicidad y angustia. Él no habría sabido que decir, ella habría llorado y reído a la vez, él abría tenido las manos temblorosas, y en los ojos el uno del otro habrían visto las mismas emociones. Ella habría estado radiante y él le habría dicho "nunca te había visto tan hermosa como hoy". Esto habría podido decir, o tal vez se habría sólo quedado en silencio mirándola mientras hablaba demasiado veloz, y la habría tomado de la mano.
Habrían caminado por horas, hablando, bromeando, llorando, jugando. Ella se habría puesto el vestido con las flores rojas, que la hacía sentir romántica.
Habrían estado fuera hasta el anochecer, paseando por la playa. Él habría querido hacer el amor en la orilla del mar, ella se habría sonrojado, habría dicho no, estás loco, y si después nos ven? Y si después nos espían? Él la habría hecho bailar, y precisamente esto es lo bonito, habría podido responder. Era también capaz de imaginarse el tono, el sonido de su voz, la expresión de sus ojos, que se hacían más grandes y a ella le parecía siempre perderse en ellos. Se habrían besado, él se habría lamentado de sus cabellos demasiado largos, habría jugado con ellos y la habría mirado con su ya acostumbrada mirada. Era la mirada que parecía quisiese aferrar todo de ella en un segundo, parecía no querer creer en la suerte de poderla ver, parecía decir "no hay nadie más que tú, no quiero otra cosa nada más que mirarte". Y ella como siempre habría querido quedarse con él.
Habrían estado fuera hasta el anochecer, paseando por la playa. Él habría querido hacer el amor en la orilla del mar, ella se habría sonrojado, habría dicho no, estás loco, y si después nos ven? Y si después nos espían? Él la habría hecho bailar, y precisamente esto es lo bonito, habría podido responder. Era también capaz de imaginarse el tono, el sonido de su voz, la expresión de sus ojos, que se hacían más grandes y a ella le parecía siempre perderse en ellos. Se habrían besado, él se habría lamentado de sus cabellos demasiado largos, habría jugado con ellos y la habría mirado con su ya acostumbrada mirada. Era la mirada que parecía quisiese aferrar todo de ella en un segundo, parecía no querer creer en la suerte de poderla ver, parecía decir "no hay nadie más que tú, no quiero otra cosa nada más que mirarte". Y ella como siempre habría querido quedarse con él.
Habría deseado detener cada minimo detalle en su mente de aquel día hermosísimo, para tenerlo en la memoria como una pequeña luz, en caso de horas oscuras. Habría sido el recuerdo más luminoso de su vida.
Habrían regresado a casa, habrían llamado a los amigos y familiares, tal vez lo habrían logrado después del baño veloz para quitarse de la piel el cansancio del día; el agua nunca habría logrado lavar la felicidad. Él la habría esperado, y ésta vez no se habría enojado por sus retardos, por sus pequeñas histerias, las intolerancias en el escoger los vestidos, pero le habría sonreído. Aquella sonrisa la habría protegido, abrazado, envuelto, calentado. Le habría repetido "nunca te había visto tan hermosa como hoy". Y habría sido verdad. Sabía también que ponerse: se habría quitado el vestido con flores y habría usado el blanco, para hacer resaltar sus ojos, los cabellos largos (demasiado, según él) y aquella extraña luz que habría emanado por cada poro. Se habría sentido en la cima del mundo.
La noche, en la cama blanca de su casa, habrían hecho el amor, protegidos de miradas indiscretas. Habría tocado su piel, habría podido oler todavía su perfume, el mismo de siempre. Se habría dormido sobre su espalda, y su perfume, el mismo de siempre, la habría acompañado en sus sueños confusos.
Todo esto había imaginado, para ellos dos. Sobre todo, siempre había creído conocer la expresión que habría visto en su rostro, en sus ojos. Incredulidad, estupor, ansia, tal vez, miedo, ciertamente, felicidad.
En cambio estaba sentado en la cocina, la mirada fija en la hoja de papel sobre la mesa. "No estoy listo, no puedo. Endiéndeme te ruego". No había escrito "perdóname". Era demasiado inteligente para no hacerlo. No había escrito "te amo". No era demasiado estúpido para hacerlo.
Y ahora todo aquello que le quedaba era su perfume que aún aspiraba en su casa. Y un niño destinado a no conocer nunca los ojos de su padre.
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Y para las personas amantes de las versiones originales, les dejo el texto en Textos Originales
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Habrían regresado a casa, habrían llamado a los amigos y familiares, tal vez lo habrían logrado después del baño veloz para quitarse de la piel el cansancio del día; el agua nunca habría logrado lavar la felicidad. Él la habría esperado, y ésta vez no se habría enojado por sus retardos, por sus pequeñas histerias, las intolerancias en el escoger los vestidos, pero le habría sonreído. Aquella sonrisa la habría protegido, abrazado, envuelto, calentado. Le habría repetido "nunca te había visto tan hermosa como hoy". Y habría sido verdad. Sabía también que ponerse: se habría quitado el vestido con flores y habría usado el blanco, para hacer resaltar sus ojos, los cabellos largos (demasiado, según él) y aquella extraña luz que habría emanado por cada poro. Se habría sentido en la cima del mundo.
La noche, en la cama blanca de su casa, habrían hecho el amor, protegidos de miradas indiscretas. Habría tocado su piel, habría podido oler todavía su perfume, el mismo de siempre. Se habría dormido sobre su espalda, y su perfume, el mismo de siempre, la habría acompañado en sus sueños confusos.
Todo esto había imaginado, para ellos dos. Sobre todo, siempre había creído conocer la expresión que habría visto en su rostro, en sus ojos. Incredulidad, estupor, ansia, tal vez, miedo, ciertamente, felicidad.
En cambio estaba sentado en la cocina, la mirada fija en la hoja de papel sobre la mesa. "No estoy listo, no puedo. Endiéndeme te ruego". No había escrito "perdóname". Era demasiado inteligente para no hacerlo. No había escrito "te amo". No era demasiado estúpido para hacerlo.
Y ahora todo aquello que le quedaba era su perfume que aún aspiraba en su casa. Y un niño destinado a no conocer nunca los ojos de su padre.
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Y para las personas amantes de las versiones originales, les dejo el texto en Textos Originales